Como dice su slogan, ¡aquí el que va enjaulado eres tú¡¡ y vale la pena, añadiría yo. Si te gustaría ver leones, cebras, monos, llamas… etc campando a sus anchas muy cerca de ti, pero te viene mal ir a kenia o Tanzania, este es el sitio. Aunque no sea lo mismo es emocionante tengas 9 o 99 años. Solo te separa de ellos el cristal de la ventanilla del coche, y a veces ni eso, porque según la zona, te permiten bajarla y darles de comer.Salimos un poco tarde de casa así que ya llegamos a la hora de comer y lo hicimos antes de entrar al parque en el restaurante que hay en la puerta. El sitio tiene una estupenda terraza con grandes árboles a orillas de un pequeño lago. La comida en si es de batalla, solo tienen menú pero hay que decir que es abundante y está rico.
Una vez dentro ya con la emoción de ver bichos el recorrido es fácil y está bien señalizado. Lo primero que hay es un mini zoo con unos bonitos ejemplares de tigre, lobo, monos y las aves que durante el día puedes ver en la exhibición de cetrería, muy recomendable por cierto.
Un poco más adelante, hay una zona con aves exóticas también enjauladas, una cafetería y un rebaño de cabras en un corral donde puedes entrar y cogerlas. O más bien te cogen ellas a ti. Como lleves zanahorias en la mano, cuidado que se tiran como locas, mejor esconderlas e ir dándole poco a poco¡¡ En frente hay una zona de ocio con cars, ponys, un hinchable y un tobogán gigante. Ahí no fuimos porque a Pitufanta y Titiorrito ya no hubo manera de sacarlos del corral, y gracias a eso, consiguieron darle un biberón a una mini cabrita. No cabían en sí¡¡, lo que les gustan los bichos oye¡¡
Pasada esta zona, ya si entras en la de los animales sueltos donde no puedes bajar del coche. Aunque el recorrido no es largo, a veces hay que armarse de paciencia porque se forman colas para ver o dar de comer a algún amigo lanudo. Lo que es un atasco tipo M30 un viernes a mediodía. Es lo que tiene ir de Safari en Madrid, si no no sería Madrid jiji.
Eso si, puedes dar las vueltas que quieras. Allí se puede comprar paquetes de zanahorias pero también se pueden traer de casa. Nosotros no íbamos preparados, para variar, pero el coche que llevábamos delante era una despensa con ruedas.
En fin, la verdad es que lo disfrutamos mucho y nos gusto la zona de Aldea del Fresno. No conocemos la playa del río Alberche que vimos de camino, así que ya tenemos otro planazo pendiente y yo, ya que voy te lo cuento.